lunes, 11 de febrero de 2008

La paciencia empieza cuando se acaba

Después de tanto esperar, pasó la primera fecha. La mirada sobre el partido con Olimpo puede ser negativa o un poco más benevolente. Desde el ítem juego, dejó muchas sombras: el equipo jugó en gran parte del encuentro a nada. Está claro que con la actitud (eso no se discute en ningún momento) estos chicos van a lograr varios puntos. Lo que no queda claro es si alcanzarán para zafar.

Es cierto que empatar es mejor que perder. Pero había que ganar. Por momentos (sólo con orden y serenidad), Olimpo fue más que Racing. Basado en la astucia y el talento de un jugador como Ángel Morales, desnudó las carencias racinguistas. Extraña ver a Matute con la camiseta de un equipo tan pequeño, teniendo en cuenta que no contamos con un organizador de su talla. Entre tanto vértigo y poco seso, sería de mucha utilidad.

¿Y el futuro? Complicado. Si falla Hilario (es humano) no hay respuestas defensivas. El medio fue una incógnita. Bastía parece tener la cabeza en Grecia. Sánchez no es ocho. Únicamente Fileppi y Yacob se mostraron como alternativas. Sava, un terco de aquellos, salvó las papas otra vez. Y es cierto que el equipo cambió con Maxi Moralez, pero se lo notó falto de piernas. Tiene que ponerse a punto, y eso va a demorar un par de fechas.

Entonces, una vez más, hay que aguantar. Hay que bancar a los pibes, sea cual fuera el resultado. Hay que asumir que Racing tiene poco y reconocer propias limitaciones para luego explotar virtudes. Lo hacen Banfield y Argentinos. Lo hace Arsenal, y ya ganó una Sudamericana. Tildar a Micó de defensivo parece facilista: no tiene mucho más a mano. El cambio de Maxi por García en el entretiempo fue el mejor ejemplo. Esta es la dura realidad. Es tiempo de adaptarse rápido y con calma, o el futuro será aún más complicado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

lamentablemente hay chicos que le keda grande la kamiseta.no tienen la culpa del momentopero q se le va a ser hay alentarlos estoy seguro de que vamos a safar de la promo