El del sábado no fue un partido más para Adrián Jesús Bastía. No sólo por su deslucida actuación, que levantó murmullos entre la gente como nunca antes. Además, frente a Olimpo, el Polaco llegó a 200 partidos con la camiseta de Racing, incluyendo partidos internacionales. Una cifra importante, en un momento inédito de la relación entre Bastía y la gente.
Nadie duda de que el volante central es ídolo. Pura cepa albiceleste. Nos ha conmovido con su esfuerzo y ha representado nuestro sentir dentro de la cancha en innumerable cantidad de ocasiones. Hostigado por hinchas rivales, menospreciado y subvaluado, se transformó en nuestra bandera. Garra, quite... El Polaco se multiplicó, y por momentos pareció tener cuatro piernas y dos corazones.
Desde su debut frente a Ferro el 11 de abril del 98 hasta este sábado ha pasado, seguramente, por varios estados de ánimo. Desolación en los primeros años de su carrera profesional en un club que hacía de los juveniles una especie en vías de extinción, tristeza porque la quiebra llegó en su momento de consolidación, euforia por ser campeón y patrón del equipo de Merlo, desilusión ante el destierro obligado por diferencias con Fernando Marín, plenitud porque con los años fue elegido por la gente como uno de los suyos...
Resulta sencillo elegir un momento que simbolice esa marca a fuego en la que se transformó el Polaco: se graduó frente a River, en agosto de 2006, en un partido para la historia. Merlo como técnico de Racing. Enfrente suyo Gallardo y todos los que prepararon la cama que eyectó al entrenador fuera de River. No sólo se devoró al Muñeco (a quien además gambeteó en algunas ocasiones), sino que coronó los mejores noventa minutos de su carrera con un golazo por encima de Carrizo. Mostaza lograba destrozar a Passarella con una actuación soberbia de su jugador fetiche, tal vez la síntesis más perfecta del "estilo Merlo".
De un tiempo a esta parte, la relación Bastía-Racing enfrenta tormentas a menudo. No sólo con la gente: dentro del plantel, el Polaco pasó de ser líder a foco de conflicto. Últimamente se lo ve silencioso, con el ceño fruncido, desconfiado hasta de su sombra. En pie de guerra con la empresa, a la que le reprocha el no haber sido vendido durante el verano, elige estar solo. Sus últimas actuaciones no lo ayudan demasiado. Desde algunos sectores caen murmullos cada vez que se entretiene con la pelota o no llega a cruces a los que acostumbraba llegar con resto.
Nada de lo que suceda será fundamento suficiente como para romper una unión que lleva casi 10 años. Bastía es Racing. Tal vez sea tiempo de renovar los votos de confianza. Como en toda historia de amor.
lunes, 11 de febrero de 2008
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3 comentarios:
me parece q lo del polaco es un bajón como tienen todos los jugadores...su característica nunca fue la del juego vistoso obviamente.
pero no duda nadie nadie q no tiene corazón y huevo (se puede decir huevo) para jugar..
un abrazo y sigan con las noticias!
la verdad es que el polaco sigue siendo de los jugadores que quiero... aunque ahora se cuide para poder irse a Europa...
muy buen blog
gracias polako en estos 200 partidos siempre te mataste por la camiseta,y por el campeonato ya quedaste en la historia¡
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